¿Alguna vez has sentido el orgullo de conseguir hacer bien algo que era muy complicado? ¿Y si cuando lo consigues no tiene ninguna utilidad? Pues eso me pasó a mí con la casquilla gallonada que forma los ojos de los colgantes de esta colección, era un ejercicio de aprendizaje sin otra finalidad que esa, la de aprender, pero me llevó tanto trabajo y me sentí tan orgullosa cuando la terminé que no me resigné a dejarlo ahí y decidí que tenía que diseñar una pieza con esta casquilla, fue así como surgió el colgante del camaleón, primera pieza de esta colección.