Esta pieza fue mi proyecto final en el ciclo de grado superior de joyería artística, y por tanto iba acompañada de un proyecto escrito muy extenso, aquí sólo os dejo un pequeño extracto donde os explico un poco en qué consiste, y algunas imágenes para que podáis verla.
Y… ¿por qué no?, así he llamado esta pieza, el gran público considera que una joya no es más que un objeto decorativo, sin ningún otro uso o trasfondo, pero yo digo y… ¿por qué no?, ¿por qué no es posible que tenga una utilidad además de la decorativa?, ¿por qué no puede tener más de una utilidad? ¿por qué no puede además representarme, contar algo de mí?, ¿por qué no puede ser además un objeto escultórico?, y… ¿por qué no?, esta es la pregunta que yo me he hecho, y creo que la he respondido.
Se trata de una pieza de joyería útil y además polivalente en su utilidad, ya que por sí sola puede usarse como “pincho” o palo para hacerse un moño en el pelo, como lápiz o como portaobjetos (En su interior lleva un USB). Si además tenemos en cuenta los elementos de cuero que la acompañan, puede usarse también como un interesante colgante, e incluso es una interesante pieza escultórica al posicionarla sobre la “piedra-expositor”.
Además su concepción responde a un contexto muy concreto, el de su creadora, pues una pieza semejante en la que se combinan estética y funcionalidad, es consecuencia de la formación tanto técnica como artística que he recibido a lo largo de los años, desde las clases de dibujo recibidas desde los seis años hasta los estudios superiores de arquitectura, pasando por mi afición a la artesanía, el diseño, etc, todo ha hecho posible que una pieza artística y principalmente estética como es el caso de una obra de joyería adquiera un carácter útil y además versátil.